Lo que se siembra de recoge. Hace siglos, los españoles conquistaron Sudamérica con sólo un puñado de hombres. Hoy, un sudafricano-Lionel Messi-ha conquistado España solos. En el espacio de 1.000 días, el diminuto argentino pasó de un desconocido jugador de equipo de reserva a uno de los mejores del negocio. Audaz, eficiente, potente y creativo, Lionel ha demostrado que un hombre pequeño todavía puede ser un gigante en el mundo del fútbol profesional. Esta es su historia!
Fecha de nacimiento: 24 de junio de 1987 (edad 29), Rosario, Argentina
Estatura: 1,7 m
Salario: 40 millones EUR (2016)
Pareja: Antonella Roccuzzo (2008–)
Hijos: Mateo Messi, Thiago Messi
Premios: Balón de Oro, Jugador Mundial de la FIFA, Bota de Oro
Se llama Lionel pero en España lo rebautizaron Leonel y le quedó Leo. Así le gusta que lo llamen y así firma. Se puede ver en las publicidades y en su web oficial.
Fecha de nacimiento: 24 de junio de 1987 (edad 29), Rosario, Argentina
Estatura: 1,7 m
Salario: 40 millones EUR (2016)
Pareja: Antonella Roccuzzo (2008–)
Hijos: Mateo Messi, Thiago Messi
Premios: Balón de Oro, Jugador Mundial de la FIFA, Bota de Oro
Se llama Lionel pero en España lo rebautizaron Leonel y le quedó Leo. Así le gusta que lo llamen y así firma. Se puede ver en las publicidades y en su web oficial.
Palabra de su hermano Matías.
“Cuando mi vieja lo mandaba a hacer compras, Leo iba con la pelota. Si no, no iba. Y si no tenía pelota, se la armaba con bolsas o medias”.
Retrato de amiga.
Cintia Arellano era su mejor amiga en la infancia. “Era muy tímido con todos, pero conmigo hablaba más. Estaba todo el tiempo en su casa, sólo salía para jugar a la pelota. Lo único que le gustaba era el fútbol. Cuando jugaba, le pegaban, se caía y lloraba, pero enseguida se paraba y seguía corriendo”.
Cintia era su compañera en la Escuela N° 66 General Las Heras. Y reveló algunos secretos de aulas: “Un día le gritaron Piqui, y le quedó ese apodo. En el cole, Leo era muy vago pero no le iba mal. Yo le pasaba los machetes en la regla. Cuando jugaban a la pelota en gimnasia, los chicos sabían que el que ganaba el pan y queso, ganaba el partido, porque lo elegían a él primero y listo”.
“¿Me lo prestás?”. A Salvador Ricardo Aparicio, el viejito de 62 años que dirigía a la categorías más chicas de Abanderado Grandoli, el club que quedaba a 15 cuadras del hogar de los Messi, le faltaba un jugador para completar el equipo de la categoría 86. Miró a la tribuna del club y vio al pequeño Lionel de 4 años meta patear contra una pared. Estaba con su mamá y su abuela, habían ido a ver a uno de los hermanos de Leo. Aparicio, entonces, le hizo el pedido a la madre. Como dudaba, el DT le propuso: “Lo pongo al lado de la puerta, cosa de que si se larga a llorar, estás vos al lado y lo podés sacar”. No lo sacó ese partido ni ninguno más del resto del año.
Conclusión:
Lionel empezó a jugar a los 4 años en el baby fútbol de Grandoli, el club donde había jugado toda la familia, en canchas de tierra. Después de Aparicio, el DT de Leo en Grandoli fue Jorge Messi.
Palabra de Jorge Messi, año 2003
“A los cuatro años ya notamos que era distinto. Hacía jueguitos y dormía la pelota en la punta del botín, no lo podíamos creer. Un poquito más grande, jugaba con los hermanos, que le llevan 7 y 5 años, y los bailaba. Es un don, es algo que nació con él”.
Celia, la abuela materna, lo acompañaba a Grandoli y siempre estuvo muy presente en el corazón de Leo. Es recordada la anécdota en un clásico contra Alice que terminó con tole tole y con la nona revoleando una botella de vidrio al padre de uno de los rivales.
Cuando en la celebración de cada gol Leo mira el cielo y señala con el dedo índice hacia arriba, lo hace pensando en su abuela Celia, fallecida en 1998. “Nos bancaba todos los caprichos, los primos nos peleábamos por dormir en su casa. Pienso mucho en ella y le dedico mis goles, querría que estuviera aquí pero se fue antes de verme triunfar. Eso es lo que más rabia me da”, confesó Leo en Mundo Deportivo, año 2009.
Toda la familia iba a ver a Leo al club, pero un día Papá Jorge no pudo pagar la entrada, no lo dejaron pasar y fue la última vez que Leo se puso la camiseta naranja de Grandoli.
A los 7 años, a instancias de uno de sus hermanos mayores, Rodrigo, recaló en las divisiones inferiores de Newell’s, donde estuvo hasta los 13 años. Leo, su padre, y Rodrigo son fanas de la Lepra.
Los picados de los domingos, en la calle, saliendo de la casa de su abuela, eran a muerte. Jugaban Leo y su primo Emanuel Biancucchi, los dos más chicos, de un lado, y Maxi, su otro primo (ex Flamengo, hoy en Cruz Azul de México) y Matías, su hermano, en el otro. El rito era siempre el mismo: la abuela se levantaba temprano para amasar los fideos y al rato iba llegando la familia. “Nosotros comíamos a las apuradas para salir a la calle y jugar sin parar hasta las 6 de la tarde”, contó Matías Messi. Armaban dos arquitos en la calle y jugaban a seis goles, “pero como a Leo no le gusta perder, armaba quilombo y empezaba a llorar. Había que seguir hasta que él ganara”, aseguró el hermano Matías. Y concluyó: “Nos matábamos, terminábamos pelados por el asfalto. Leo era una pulga y no se la podíamos sacar y encima Emanuel atajaba bien, así que cuando ganábamos los volvíamos locos y nos quería pegar”.
¿Cómo lo recuerda Leo?
“Terminábamos mal, siempre peleados. Aunque ganáramos nosotros, mi hermano me jodía igual porque sabía que me calentaba. Siempre terminábamos mal, yo llorando y recaliente”. Más de una vez volaron piñas.
Matías Messi
Las patadas más bravas no son las de ahora, por supuesto. “¡Cómo le pegábamos! En realidad lo sacudíamos de impotencia y mi viejo siempre me retaba”.
También había desafíos barriales. Allí se curtió en serio. Sigue el hermano: “Por ahí algún domingo nos íbamos a la placita y le hacíamos partido a cualquiera. Nunca perdíamos. Al principio no nos querían jugar porque Leo era muy chiquito y Emanuel también, pero terminaban felicitándolo. Leo tenía 9 años y jugaba contra pibes de 18 o 19 y no lo podían parar”.
Aunque lo disimule bastante bien, el pibe tenía flor de carácter de niño.
Contada por Leo
“Una vez me peleé con mi primo en su casa, estaba mi abuela también. Terminaron todos en mi contra, me echaron y no me dejaban entrar. Entonces les empecé a tirarle piedras al portón y a darle patadas”.
En el colegio también “jugaba” su partido. “No hacía lío, era tranquilo, pero un desastre para estudiar, no me gustaba, iba para atrás en todas las materias”, admitió Leo. “No sé cómo hacía pero a las maestras se las compraba, lo amaban porque era bueno, nada más”, completa Jorge.
A los 11 años se le detectó un problema con las hormonas de crecimiento que retrasaba su desarrollo óseo. El tratamiento costaba 900 dólares por mes. Durante un año y medio el dinero fue aportado mayoritariamente por la obra social y la Fundación Acindar, empresa en la que trabajaba papá Jorge. Hasta que se cortó. “Podríamos haber dejado el tratamiento, pero me dijeron que no era muy conveniente”, admitió el padre.
Como Newell’s no quería pagar el tratamiento, Jorge acercó su diamante a River. “Quedó en el club pero querían que nosotros peleáramos para conseguir los papeles del pase. Me llamaban todos los días, pero yo no quería saber nada”, recuerda Jorge. Aquel dirigente hoy debe tener pedido de captura de Interpol.
Newell’s tomó nota del exagerado interés de Núñez por contar con Messi, entonces modificó el rumbo y les prometió a los Messi que se harían cargo del tratamiento. “Pero tuve que ir como 40 veces para que me dieran 200 pesos y me cansé”, aseguró Jorge.
La salida a España combinó la situación laboral, la del país y la deportiva. La familia vio los densos nubarrones que se cernían sobre el país hacia 2001 y entonces papá Jorge habló con la prima de su madre, que vivía en Lérida, cerca de Barcelona, pidió licencia en Acindar y viajó para probar suerte. Fue a comienzos del 2001. Y se quedó.
Al mismo tiempo, a Leo lo venía siguiendo un ojeador del Barcelona. Leo se presentó a las pruebas que duraron dos semanas, con 13 años y 1,40 de altura, con chicos dos años más grandes, pero igual la rompió.
Después de algunos titubeos, Barcelona lo fichó y se hizo cargo del tratamiento, que duró un año más.
Durante dos años Leo se tuvo que poner inyecciones todas las noches. “Estaba un poco más chico que los demás, pero adentro de la cancha no se notaba”, contó Leo.
¿Quién aplicaba las inyecciones? El mismo Leo. “La gente que me veía se sorprendía o se ponía mal. A mí no me molestaba ni me dolia. A cualquier lado que iba llevaba la jeringa en un estuche y la ponía enseguida en la heladera, si iba a la casa de un amigo, por ejemplo. Después agarraba y me la aplicaba yo mismo en el cuádriceps. Todas las noches era así. Un día en una pierna y otro día en otra”.
¿Qué siente un chico de 13 años que debe dejar su tierra y sus afectos?
Leo: “Cuando me fui, lloré mucho, lloraba por todo lo que dejaba en la Argentina, pero al mismo tiempo tenía una ilusión y sabía que era para mejor”. También fue difícil el comienzo en España: “Me encerraba en la pieza y lloraba. No quería que mi Papá me viera. Extrañaba mucho”.
¿Nunca pensó en volverse? “Al año de estar en España, mi hermano se quería volver porque no aguantaba más y fui yo quien decidí seguir, aunque ellos regresaran. Me preguntaron qué quería y yo elegí quedarme”. Está claro: el chiquilín tenía personalidad y las metas muy claras.
Josep María Minguella fue entrenador de fútbol, ayudante de Rinus Michels en el Barcelona y en 1975 se convirtió en intermediario. Su primera contratación fue la de Maradona: llegó a la Argentina en 1977 buscando a un wing derecho que jugaba en Argentinos (Jorge López) y se deslumbró con el muchacho de rulitos. El Barcelona recién pudo comprarlo en 1982. En 2000 fue el hombre clave que permitió el fichaje de Messi. Según cuenta en su autobiografía, sus contactos en la Argentina le insistieron para que fuera a ver al fenómeno de 13 años. Lo vio e insistió para que le tomaran la prueba en Barcelona. El presidente Joan Gaspart y el director deportivo Carles Rexach no estaban convencidos porque implicaba el traslado de toda la familia. Los Messi viajaron, Leo la rompió en varias prácticas pero nadie se animaba a tomar la decisión hasta que Rexach organizó un partido entre dos equipos juveniles: Messi, que por edad era Infantil B, jugó para el Infantil A, contra un equipo de chicos más grandes. La descosió. De allí mismo, Rexach y Minguella se llevaron a los Messi a una cafetería para firmar el contrato simbólico en una servilleta.
“En Barcelona, a 14 de diciembre de 2000 y en presencia de los Srs. Minguella y Horacio (por Gaggioli, colaborador de Minguella y hombre de confianza de los Messi), Carles Rexach, secretario técnico del FCB, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra, a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”. Este es el texto de la servilleta, de puño y letra de Rexach, presentada como documento en “Casi toda la verdad”, la autobiografía de Josep María Minguella. La carta es una prueba de las dudas que existían por el fichaje.
El 1° de marzo de 2001 se firmó el primer convenio entre Messi y el Barcelona, con dos años de duración. Se determinó una escala de lo que ganaría Leo desde el fútbol base hasta la primera (60.000 euros). Y también se fijó un salario para papá Jorge como “informador de partidos”. Así se justificaba la residencia de la familia en Barcelona.
El Barcelona aceptó pagarle el tratamiento pero en un comienzo hubo dificultades, se retrasó el crecimiento y esto obligó a aplicar un método más intensivo y más caro.
No todo fueron rosas en esos primeros meses en Barcelona. “Mi situación y la de mi familia es gravísima. He hecho todas las previsiones económicas para sustentarnos hasta el corriente mes, en el que debían ponerse en vigencia definitiva los acuerdos firmados y hoy me encuentro sin previsiones de nuevos cobros y sin un interlocutor que me informe sobre cuáles serán las acciones a seguir”. Esta descarga pertenece a una desesperada carta escrita por Jorge Messi al presidente Gaspart el 9 de julio de 2001. Ocurría que el contrato requería la firma de un vicepresidente, sin la cual la tesorería del Barcelona no podía pagarle a Jorge Messi.
Los Messi volaron a España a fines del 2000 y se radicaron en marzo del 2001. El Barcelona pidió el transfer a través de la Federación pero Newell’s no lo mandó. Leo estuvo unos meses sin jugar, hasta que medió la FIFA y terminó habilitándolo. El argumento era que un chico de 14 años tenía que estar con el padre. Y el padre se había ido a vivir a España, donde trabajaba de “informador de partidos”.
“En España tuvo un desarrollo que no se puede creer”, recuerda Jorge. Creció 29 centímetros en 30 meses.
El secundario lo hizo en España, en una escuela a la que asistían los chicos de la pensión del Barcelona. “Un desastre, lo que menos hacíamos era estudiar. Las profesoras se volvían locas”, confiesa Leo. De los cuatro años más dos de bachillerato, a Leo le quedó uno pendiente.
Durante el primer año, sufrió una fisura del peroné izquierdo, por lo que recién explotó en su segunda temporada con los juveniles, la 2002/03. Metió 37 goles en 30 partidos y en la final del Campeonato de Catalunya metió dos goles en 10 minutos, a pesar de jugar con una fractura en el pómulo derecho. Se puso una máscara prestada por Carles Puyol, pero le duró 5 minutos porque le molestaba la transpiración y porque le quedaba grande.
Alex García, ex entrenador de Leo en juveniles, en 2003: “Messi puede ser un nuevo Maradona pero hay que ir con cuidado. Al comienzo de la Liga se habló mucho de él. La gente comenzó a ir a verlo y se metió mucha presión, por eso hay que hablar con mucha cautela”.
Cuando comenzó a ser conocido por el plantel profesional, cimentó una muy buena relación con los brasileños Ronaldinho, Thiago Motta y Fabio Rochemback. Fue a comer un asado con Riquelme y Saviola le regaló una camiseta.
El Arsenal de Arséne Wenger, que suele buscar talentos precoces en las canteras de distintos clubes (así le sacó a Césc Fábregas al Barcelona), le mandó el mensaje a Jorge bastante antes de que Leo debutara en la Primera: “El día que sufra problemas, tenga en cuenta que nuestro club lo quiere”.
En la definición del Campeonato de España para la categoría cadetes en la que no pudo participar porque era sólo para españoles, Ginés Menéndez, entrenador del Sub-16 de España, le acarició el oído a Leo con un elogio-comentario-anzuelo: “Ojalá fueras español para poder convocarte”.
¿Hubiera jugado para España? “Jamás hubiera jugado para España. Soy argentino, rosarino y leproso. Las costumbres y los afectos no se pierden”.
“Barça muere por este pibe”
Fue el título de la primera nota en un medio grande en la Argentina. La publicó El Gráfico en agosto del 2003. En la bajada agrega: “Es argentino y la rompe en las inferiores. Saltó de Newell’s al Barcelona a los 13 años, luego de deslumbrar a Carles Rexach. Con 16 recién cumplidos, ya lo imaginan en la Primera blaugrana y lo comparan con Maradona. Messi es puro potrero: zurdo, habilidoso y goleador”. Golazo.
“Máximo, máximo, en dos años Leo ya estará en la Primera de Barcelona dando espectáculo y será una súperestrella mundial” (Carles Rexach, agosto de 2003, en el mismo El Gráfico). Este sí que resiste un archivo.
“Recuerde mi nombre: Leo Messi”. Así se presentaba Lionel en una publicidad filmada en sus primeros años en España junto a otros 5 juveniles del Barcelona.
Ante los comentarios sobre el hipotético interés español, Jorge Messi le hizo llegar unos videos a Hugo Tocalli, DT de los juveniles, en la previa del Mundial Sub 17 del 2003 disputado en Finlandia. Tocalli no llevó a Messi, España eliminó a Argentina en semifinales con dos goles de Césc Fábregas y todos los periodistas españoles encararon a Tocalli para preguntarle por qué no había convocado a Messi.
Grondona tomó nota del tema Messi y armó un amistoso de la Sub 20 contra Paraguay para abortar cualquier intento desde la Madre Patria. Fue el 29 de junio de 2004, en la cancha de Argentinos Juniors y Argentina ganó 8-0. Sí: 8-0 en el debut de Messi con la Celeste y Blanca. Leo entró en el inicio del segundo tiempo por Lavezzi, metió 2 asistencias, y un gol, el séptimo, arrancando desde mediacancha. Un comienzo a toda orquesta.
Para el público argentino se hizo conocido unos meses después, en el Sudamericano Sub 20 de Colombia 05. En sus primeros dos partidos, ante Venezuela y Bolivia, convirtió dos goles con sello maradoniano.
Tocalli lo había puesto en el banco para no cargarlo de presión. Algo similar haría José Pekerman en el Mundial de Alemania.
En octubre del 2003, unos meses después de que el Arsenal le soplara a Césc, el Barcelona se aseguró a Messi hasta 2012. El primer contrato profesional tenía una cláusula de rescisión de 30 millones de euros, que aumentó a 80 cuando pasó de categoría y subió a 150 millones cuando llegó a la Primera (lo mismo que costaba Ronaldinho en su apogeo).
Debut oficial en Barcelona:
16/10/2004, ante el Espanyol. Fue el jugador más joven en la historia del club en debutar en un torneo oficial. Y luego fue el más joven en jugar un partido de Champions para el Barça.
Ya había debutado en Primera y seguía viviendo a 100 metros del Camp Nou.
“Es lindo porque me levanto 10 minutos antes y llego al toque, todo rápido”, sonreía.
La camiseta que guarda con más cariño es la de Pablo Aimar, su ídolo de la infancia, de un Valencia-Barcelona. No le gusta pedir pero hizo la excepción con la de Aimar y también con una de Zidane, en su primer derby.
Unos días antes del Mundial Sub 20 del 2005, Leo volvió a la cancha de Newell’s tras cinco años de ausencia. “Me sorprendió mucho cómo la gente me conocía y me saludaba”, admitió.
“¡Qué hacés, boludo!” Así se le presentó Ronaldinho, por entonces crack del Barcelona y mejor futbolista del mundo, a Messi, en el estacionamiento del club, cuando Leo todavía no había realizado un solo entrenamiento con los grandes. Luego lo cobijó bajo su ala y lo presentaba como su “hermano menor”.
El 2005 fue su primer año de gran impacto mundial. Lo conoció el público argentino, ganó el Mundial Sub 20, fue el goleador, premio al mejor jugador, convirtió su primer gol en el Barcelona (ante Albacete), debutó en la Selección mayor y habló con Maradona por primera vez y lo conoció personalmente.
Aunque por cierta falta de expresividad, por momentos parece que a Leo no le importa demasiado perder, la realidad es bien distinta. “Soy muy calentón, desde chiquito no me gusta perder a nada. No sé perder. Cuando me toca, termino mal”, confesó en 2005.
Ya no hace berrinches pero sigue sin bancarse la derrota. “No lloro ni pataleo, pero nunca voy a aprender a perder” (2009).
Hombre de buen dormir, asegura que buena parte del tiempo libre que posee lo usa para descansar.
¿Qué extraña de Rosario? “Caminar por el centro. Y, sobre todo, juntarme con toda la familia a comer un asado o una pasta los domingos” (2005).
En el rubro musical, se inclina por la cumbia.
Le gustan Leo Mattioli, Cali y La Nueva Luna. “Nunca haría lo de Carlitos Tevez con Piola Vago. Me gusta escuchar, bailar, divertirme, pero no me da para cantar o estar en un grupo”, reconoció en 2006.
¿Comida preferida?
Milanesa a la napolitana. “Pero la que hace mi vieja, no la de los restaurantes, eh”.
Leo vivió durante todos estos años en España con Rodrigo (30 años), con sus dos sobrinos, mientras que Matías (28) y María Sol (16) seguían en Rosario con Celia y Jorge, que va y viene muy seguido.
Desayuna en el club y va solo, salvo que Matías esté de visita en España, y lo lleva él así Leo aprovecha y descansa un rato más.
No le gusta leer los diarios ni ver partidos por TV. La familia le pasa el informe de lo que se dice o publica. “A él le gusta jugar y nada más”, cuenta Papá Jorge.
Jorge, 2009
Siente cierto agobio ante la requisitoria periodística pero no conoce el significado de la palabra “presión” ante un compromiso deportivo. “De pibe, cuando tenía que jugar esos clásicos calientes contra Central, entraba como en cualquier amistoso”.
De chico tampoco era un fan que no se perdía un partido por TV. Del Mundial 94 no tiene casi registros porque era muy pibe (7 años), el 98 lo vio con la familia y amigos en su casa de Rosario. Y en 2002... “Ya estaba en España y ahí no pasaban todos los partidos. Recién a la noche me enteraba cómo habíamos salido nosotros”, recordó.
Al poco tiempo de surgir, lo castigaban con excesivas brusquedades, llegando al punto culminante con aquella patada criminal del vasco Del Horno, contra el Chelsea, por la Champions 2006. Desde hace un par de años ya no lo buscan con alevosía, tal vez los rivales entendieron su manera de jugar, comprendieron su talento y ya casi no se habla más del tema.
¿Presión? ¿Qué es eso?
A mediados del 2008, Ronaldinho dejó el Barcelona y la 10 pasó al dorsal de Messi. No se puso ni un poquito nervioso: el Barcelona ganó todo lo que jugó (récord histórico de 6 títulos sobre 6) y Leo fue coronado como el mejor futbolista del planeta.
Leo, 2009
¿Messi es hijo del fútbol argentino o del español? “Del argentino, porque a pesar de que crecí y aprendí mucho en España, nunca cambié mi manera de jugar, que es la que traigo desde chiquito”.
¿Qué siente por Newell’s?
“Bronca no, porque yo soy así, no me sale. Aprecio sí, porque iba a la cancha de chico y soñaba con algún día estar ahí adentro” (Leo, 2009). Mamá Celia no piensa lo mismo. “Yo hablo por mí, ni siquiera por mi marido: para mí, Newell’s no existe”, declaró en enero de 2010.
Más de una vez, Lionel confió su deseo de jugar el campeonato argentino. Asegura que lo va a cumplir. Y que vivirá en la Argentina cuando termine su carrera.
Debut de película en la Selección Mayor:
El 17 de agosto de 2005 contra Hungría en Budapest. Argentina ganó 2-1 pero Leo sólo duró 40 segundos: ingresó por Lisandro López y fue expulsado tras un supuesto codazo. Messi es distinto hasta en eso: no existe registro en el fútbol mundial de un debut tan efímero en una Selección.
El 11 de marzo de 2010 fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de la Unicef, como lo son hoy, entre otros, Roger Federer, Shakira y la Reina Raina de Jordania. “Espero ser un espejo para los chicos”, afirmó, con humildad.
Messi fue el futbolista que más dinero ganó en 2009, según L’Equipe, superando a Mr David “Te Facturo hasta las Pestañas” Beckham: embolsó 33 millones de euros. Leo no tiene grandes dificultades para dar: aportó a la Cruz Roja el cheque de 100.000 euros entregado por la UEFA por ser el mejor delantero del 2009. También donó el Balón de Oro de France Football al Museo del Barcelona.
¿Qué siente la familia Messi por la tierra en la que nacieron y que los expulsó al exilio?
“Nosotros amamos y apostamos por el país. Podríamos habernos ido y no volver, pero no quisimos”, afirmó mamá Celia en enero de 2010. La familia invirtió unos cuantos millones en un Club de Campo cercano a Rosario. Su Fundación está construyendo una pensión en el Club Renato Cesarini, del que se asegura la familia Messi ha comprado el 50 por ciento.
El Calcio Como SRL hoy milita en la tercera categoría del fútbol italiano, aunque estuvo 13 temporadas en la Serie A. En 1999 probó a Messi pero por problemas de mudanza de la familia se terminó descartando la contratación. Lo admitió Enrico Preziosi, entonces presidente del Como, hoy del Genoa: “Al verlo ahora dan ganas de comerse las manos. Tenerlo a él es como tener a medio equipo. De haberlo fichado, habríamos solucionado los balances durante 30 años”. Otro pedido de captura internacional de Interpol.
“Ver a Messi es como tener un orgasmo. Da un placer increíble”
(Luis Figo, 2010). “Messi es un jugador de Play Station” (Arséne Wenger, DT del Arsenal, uno de los mejores entrenadores del mundo, 2010). Son dos muy particulares entre miles de flores que le tiran a Leo.
Sus números.
En el Barcelona utilizó la camiseta 30 en sus primeros partidos, luego la 19 y desde hace dos años, la 10. En la Selección debutó con la 17 en el Sub 20, luego pasó a la 18 en el Sudamericano y en el Mundial juvenil, se puso la 18 en su debut en la Mayor ante Hungría, luego pasó al 19 (como en el Barcelona) y ahora tiene la 10.
Otro dato de este chico nacido para llenar todas las páginas del Guinness: es el único futbolista en la historia de la Selección Nacional que no jugó ni un minuto en la primera de un club de su país.
Otra para el Guinness:
Su primer triplete en el Barcelona lo conquistó dos años y medio después de su debut, en marzo del 2007. ¿El rival? Estuvo flojito para elegir: el Real Madrid. El partido finalizó 3-3 y en todos los casos los goles de Leo sirvieron para igualar el resultado. El definitivo lo convirtió en tiempo de descuento. ¡Un crack!
Además de ganar todos los títulos posibles en su club, Leo es un especialista en los clásicos: al Real Madrid le metió 7 goles en 8 presentaciones, tremendo promedio de casi uno por partido. De esos 8 encuentros, ganó 5, empató 1 y perdió 2. Fue protagonista de una racha inédita en el historial del derby: cuatro victorias al hilo entre 2008 y 2010.
“Se dijeron muchas barbaridades que no son ciertas, pero siempre estuve tranquilo porque sabía que esta lesión era algo normal, no entiendo por qué dicen que tiene que ver con mi tratamiento hormonal”, se defendió Leo en marzo de 2008, cuando el tercer desgarro en dos años planteaban dudas sobre el estado físico de Messi.
Títulos Conquistados
Lleva conquistados 14 títulos en menos de 6 años: 12 de ellos con el Barcelona y 2 con la Selección. En su club ganó todo lo que se puede ganar: 2 de las 3 Champions que hay en las vitrinas, 4 Ligas, 1 Copa del Rey, 1 Mundial de Clubes, 3 Supercopas de España y 1 Supercopa de Europa. Con la Celeste y Blanca logró un Mundial Sub 20 y una medalla dorada olímpica. A esta misma edad (22 años), Maradona había ganado 2 títulos, Pelé 12, Di Stéfano 3, Cruyff 6 y Beckenbauer, 3.
Fue dos veces seguidas, segundo en el FIFA World Player, el premio en el que entrenadores y capitanes de todas las selecciones eligen a los mejores del mundo. En 2007 terminó detrás de Kaká, en 2008 escoltó a Cristiano Ronaldo y en 2009 aplastó a todos. Fue el primer argentino en conquistar ese premio. En 2009 también ganó el Balón de Oro de France Football, en este caso elegido por los periodistas.
“A mí me costaba pasar la pelota, me olvidaba. Y de a poco consiguieron que jugara más para el equipo. No se los puse fácil, porque siempre fui muy cabezón. En el Barcelona me enseñaron muchas cosas, pero nunca trataron de cambiarme el estilo. Mi manera de jugar no varió” (2009).
Sus números de la temporada 2008/09 parecían imposibles de superar: 42 goles en total. Sin embargo, en la recientemente terminada (2009/10) quebró todas las marcas: metió 47 goles en 53 partidos. Fue Pichichi (goleador de la Liga) y ganador de la Bota de Oro como máximo goleador del continente por sus 34 tantos en la Liga.
Sin ser un centrodelantero neto, está 5° entre los máximos goleadores históricos del Barcelona. Suma 127 goles en 214 partidos. Está a 3 goles de Rivaldo y Eto’o. César Rodríguez (235) y Ladislao Kubala (196) encabezan la lista. Al ritmo de los últimos tiempos (40 goles por temporada), alcanzará la cima en dos años y medio.
El primer libro sobre la vida de Messi se presentó en abril del 2006. Fue editado por el Diario Sport. El prólogo es de... Diego Maradona.
La primera vez que habló con Diego fue en Holanda, tras eliminar a Brasil del Mundial Sub 20. Fue un periodista de la Gazzetta dello Sport al que no conocía, quien le pasó el telefonino. “¿Qué hacés monstruo?”, lo saludó Diego. Antes de cortar, Leo soltó su deseo: “Ojalá que un día podamos conocernos”.
Leo había llegado a ver a Maradona jugando en Newell’s, en 1993, cuando Papá Jorge lo llevó a la cancha, aunque mucho no se acuerda, porque tenía apenas 6 años, pero a la vuelta del Mundial 2005 lo conoció personalmente. Fue invitado a “La Noche del 10”, llegó bien temprano al estudio y se instaló en un camarín con su papá, su tío y un primo. “Esa noche estaba en una nube, me transpiraban las manos. De golpe se abrió la puerta y apareció Diego. Me dijo un par de cosas. Tenía el pecho que me explotaba”, contó. Toda la vergüenza se esfumó en el fútbol-tenis donde junto a Carlos Tevez le provocaron la única derrota a Diego en el programa, que en esa ocasión formó con Enzo Francescoli.
Algunos puntos de contacto entre Messi y Maradona, además de las iniciales del apellido: son zurdos, jugaron en el Barcelona con la 10, fueron campeones mundiales juveniles con la Selección, debutaron en la mayor ante Hungría, y en su primer Mundial con la mayor sufrieron la decepción de ser eliminados antes de tiempo. En Sudáfrica, Messi cumplirá 23 años; Diego tenía 25 en México 86.
¿El gol al Getafe lo copió del segundo de Maradona a los ingleses?
“Lo vi millones de veces pero lo impresionante es que en ningún momento pensé en copiarlo. Ni siquiera me di cuenta cuando metí el gol. Recién cuando entramos al vestuario, Deco, mi compañero, me comentó que había sido parecido al de Maradona” (2009).
“El sueño de mi mamá es que me dirijas vos”, dijio Leo. “La 10 te va a llegar solita”, le respondió Diego. La nota de Olé tiene fecha 4 de agosto de 2007. Tres años después se puede decir que los dos acertaron un pleno.
¿Cuándo se empezó a ver en un Mundial?
“Mis tíos y mis viejos siempre decían, jodiendo: ‘En Alemania vas a jugar el Mundial’. Así quedó la fecha, pero en chiste, nunca me imaginé que iba a jugar uno y menos tan rápido”.
“Uno hace esfuerzos para no compararlo con Maradona, pero Messi no ayuda”
Señaló Jorge Valdano en 2007, cuando todavía tenía muchas proezas por cumplir.
Al Mundial 2006 llegó con lo justo:
Se desgarró contra el Chelsea en marzo, sufrió una recaída en abril por apurarse en su vuelta y hasta se perdió la final de la Champions en mayo. Arribó a Alemania sin ritmo de competencia. Y a fines del 2006 tuvo que pasar por el quirófano.
Al Mundial, igual, viajó con grandes expectativas. “Pensé que iba a jugar más. Perdí terreno con la lesión y llegué justo. Siempre le agradeceré a Pekerman por haberme llevado” (2009).
Debut Mundialista
Ante Serbia y Montenegro, más joven aún que Maradona en 1982, metió una asistencia (a Crespo para el 4-0) y un gol (el 6-0) en sus primeros 16 minutos en cancha. Había ingresado por Maxi Rodríguez; y Maradona, enfocado por la pantalla gigante del estadio, lo ovacionó de pie, emocionado. Antes del partido, Diego le había dicho en el vestuario: “Fuerza, coraje y hacé un gol”. ¿Le hará caso otra vez en Sudáfrica?
Leo, en julio de 2006
Aunque algunos lo ven frío, Leo sintió el impacto por la eliminación en Alemania: “Lloré muchísimo porque nunca me imaginé que íbamos a quedar fuera del Mundial. Pensaba que hasta la final no parábamos. Y cuando pasó, fue un golpe muy fuerte”. Cuando vio que se acabaron los cambios se sacó los botines y muchos lo criticaron por eso. El respondió: “Yo soy raro, a veces prefiero estar solo... Hago boludeces, pero no eso de manejar mi dolor de acuerdo a si jugué o no. Estoy hecho mierda. Lo sufro como futbolista. Sé que estuvieron diciendo que no sentí la eliminación. Pareciera que no siento nada, que soy de piedra, que no tengo permitido sufrir a mi manera”.
En 2010, con la avalancha de goles y proezas, unos cuantos diarios subieron encuestas en sus web en la que preguntaban si Messi era el mejor jugador de la historia. En el español Marca, casi el 70% respondió afirmativamente. ¿Qué dice Leo a todo esto? “Para ser una leyenda, para ser grande, hay que ganar un Mundial”. La tiene clarísima.
“Espero hacer en la Selección lo mismo que en Barcelona. Es la oportunidad perfecta para demostrarle al país que puedo hacer lo mismo. La respuesta la voy a dar en la cancha”, avisó, convencido, apenas pisó el país, antes de entrar en la recta final al Mundial. Ojalá se cumpla. Es lo único que le falta a este monstruo. Después, ya se puede retirar tranquilo... ¡con 23 años!
Tag :
futbol
0 Komentar untuk "LIONEL MESSI Biografía"